06 octubre, 2010

SORONGOFAGIA y BENJAMINOS.

Consumir, es una manera de mantener esta rueda de la producción..locales abiertos, adentro de los locales empleados atendiendo..detrás gente administrando, más atrás gente comprando lo que se debe vender al consumidor final y atrás de todo eso aquellos que trabajan en la producción de esos productos, los que los diseñan, los que los producen, los que los embalan los que los transportan etc etc..
Y a su vez, en todos los aspectos somos todos consumidores finales.
En muchos casos el país se ha detenido solo porque alguien levantó un dedo y dijo: "CAGAMOS. EL DOLAR SE VA A LA MIERDA"
Y ahí, de un día para otro, en vez de comprarnos un jean, nos compramos 50 dolares de  vez en cuando para hacer pequeños cucuruchos verdes que más tarde o más temprano terminamos perdiéndonos en el tujes.
Porque ja ja ja ...los productos en nuestro país siempre aumentaron más rápido y más sostenidamente en el tiempo que cualquier benjamino.
Y realmente, y no lo digo en broma, después de meditarlo mucho caí en la cuenta de que en los peores momentos la mejor manera de ayudar o colaborar es (y lo digo para los que pueden llegar a fin de mes) seguir gastando. Un país no se cae porque la gente se ahorre la guita para el colectivo de mañana. Se cae, porque los productores dejan de apostar a la producción, porque en vez de buscar ventas en otro lado, paran todo, dejan cesantes a lo empleados, y se toman unas pequeñas vacaciones anticipadas para ver que pasa, desde la otra orilla.
Si los productores (y no hablo de grandes industrias automotrices, hablo de los chicos y medianos), supieran que deberían ser merecidamente paternalistas con sus 5 o 6 empleados (son 5 o 6 familias), saldrían adelante.
Voy a contar algo que una vez me sorprendió.
 En la época en la que uno de nuestros presidentes se borró en helicóptero, se hizo un gran desfile de modas en nuestros glaciares. Con pocos visitantes de nuestro país pero con muchos extranjeros. Lo organizaba Giordano. En el medio de la crisis, yo miraba la pantalla anonadada ya que me parecía ridículo y extravagante para los tiempos que corrían.
Y, no solo se me ocurrían a mi esas ideas. Un periodista lo increpó esperando un supuesto silencio avergonzado de Giordano o alguna respuesta boluda.
Giordano lo enfrentó y le dijo:
-Preguntale a la gente de turismo, cuanta guita de extranjeros metí hoy en dos horas de desfile. Se pagan sueldos por tres meses con lo que metí acá y -más enojado y casi enardecido prosiguió- yo tengo 200 empleados que son 200 familias que comen y van a seguir comiendo y a mantenerse laburando porque voy a hacer cualquier cosa para que todo mi equipo salga adelante y la crisis no nos ahogue PELOTUDO  COMEMIERDA!


Eso le dijo. Fué mas o menos así.Y Giordano no echó a ningún empleado durante la crisis.
Y cambió mi imagen de el para siempre.